—Los mil kilómetros cuadrados del Cosmódromo han sido cercados y se encuentran fuertemente vigilados. Hay patrullas exteriores, torres de vigilancia y se habla de temibles perros lobo adiestrados para matar… Aun así, usted afirma entrar regularmente.
—Eso hacemos los Elster.
—¿Tan valioso es el material que alberga?
—El grueso del contingente militar se concentra en una zona reducida y le aseguro que no es el material lo que protege. Como he dicho, todo el equipo está abandonado. Por eso lo recuperamos, lo despiezamos y lo vendemos.
—Si no es el material… ¿qué custodian?
—Un secreto.
—¿Qué secreto?
—Se quiere ocultar que el cosmódromo de Siberia sigue operativo.
Reseña de Cosmódromo 2, Elster
¿Todo listo para sumergirnos en la continuación de Cosmódromo, parte 1? Pues sí. Para leerse este libro, es importante haber acabado el primer tomo, del que encontrarás la reseña en este otro post. ¿Es obligatorio leerla? Bueno, a priori no lo es, y la lectura puede ser amena, pero ayudará a desvelar el final abierto de la anterior novela. Por ello, el orden es primordial. Además, teniendo en cuenta que Cosmódromo se lee en un plis, yo personalmente lo haría antes de empezar con esta.
En esta segunda parte abandonaremos el interior del cosmódromo y la parte más misteriosa en pos de una aventura un poco más movida. Esta vez, la novela habla de Sergey, un elster que vive de los restos del cosmódromo del la primera parte. Estos denominados elster (o espectros de Siberia) son una especie de saqueadores que merodean la base “abandonada” del cosmódromo ruso de Vostochni. Aún así, la palabra abandonada lleva esas comillas pues es un secreto a voces que allí hay aún actividad, especialmente militar, protegiendo no sólo la base, sino realizando algún otro tipo de tarea desconocida.
En la primera fase del libro, conoceremos cómo trabaja y un poco de la vida de Sergey. Pero enseguida descubriremos una figura desconocida que le encomendará una misión a cambio de algo que no podrá rechazar: la liberta de su familia. En este momento nos veremos sumergidos en una aventura por rescatar algo especialmente oculto en el cosmódromo. Cuando Sergey pone el práctica todas sus dotes para robar el objeto que le es reclamado, nosotros como lectores descubriremos cómo parte del primer libro vuelve a cobrar vida, y nos unirá definitivamente ambos relatos.
El tipo de literatura en esta segunda parte es totalmente diferente a la anterior. Si bien es cierto que la soledad de la taiga siberiana es muy patente, con su eternos paisajes blancos hasta donde alcanza la vista y el frío que se te mete hasta los huesos como lector, el ambiente es totalmente diferente al aislamiento tenso de la primera parte. Aquí hay más personajes, más acción y unas motivaciones muy distintas a las de Cosmódromo 1. Todo se desarrollará en un entorno donde el protagonista tendrá que luchar contra una naturaleza extrema de cortantes aires helados y kilómetros de taiga abandonada. Y por si fuera poco, todo ello aderezado por un terreno hostil plagado de militares que no dejarán vivir a nadie en ese entorno para salvaguardar el secreto que esconde la instalación soviética de la primera parte.
Sin embargo, poco a poco iremos descubriendo que los hilos que tejen esta segunda parte se van entrelazando con la primera, hasta el punto que empezaremos a ver la luz del final que dejamos abierto en la primera parte. Bajo mi punto de vista, es un giro magistral que deja redondo un final a ambas novelas, completando el círculo para que nadie se quede colgado con la historia.
De nuevo, Rubén propone un ritmo de novela ágil, rápida de leer que no deja lugar al aburrimiento. Adicionalmente nos pone sobre la mesa una nostálgica campaña de los tiempos en la que la carrera espacial de soviéticos contra estadounidenses copaba la mente de los ciudadanos en una constante rivalidad. El mundo solitario, patriótico y orgulloso de la madre Rusia, tiene una fuerza especial en esta novela y en la anterior. Adicionalmente, esta historia tiene una carga importante tribal de búsqueda interior en la raza humana, mostrándonos la dualidad entre modernidad y tradición.
Sin duda, es una novela para no dejar de leer. Por supuesto, es indispensable si ya has leído la primera parte de Cosmódromo. En definitiva, un gran acierto ambos libros.
Enlaces de interés
La web de Rubén Azorín tiene bastante información del autor de primera mano, así que recomiendo visitarla para conocerlo un poco mejor. También podéis seguirlo en la cuenta de goodreads, para seguir y votar sobre sus libros. Adicionalmente, para más contacto directo, Rubén tiene cuenta de twitter, que podréis revisar para ir viendo los post con las novedades de lo que va realizando.
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