Ernest Cline (1972) es un novelista, guionista y auténtico enamorado de la cultura pop. Antes de convertirse en un autor superventas, escribió guiones (Fanboys) y participó activamente en la comunidad friki estadounidense. Su obra siempre ha estado marcada por su pasión por los videojuegos clásicos, las películas de los 80 y esa mezcla de humor y aventura tan propia de la generación que creció entre recreativas, VHS y primeras consolas.
Reseña de Ready Player One
Ready Player One (2011) es, probablemente, su obra más conocida. Una novela que se convirtió en fenómeno mundial y que Steven Spielberg llevó al cine pocos años después. El libro nos transporta a un futuro distópico donde la mayoría de la población escapa de una realidad decadente refugiándose en OASIS, un gigantesco universo virtual. Allí, Wade Watts —un adolescente sin demasiadas oportunidades— se lanza a una carrera contrarreloj por resolver una serie de acertijos y pruebas creadas por el excéntrico creador del sistema.
La novela funciona como una partida de rol hecha prosa: pruebas, pistas, mazmorras digitales, enemigos, giros, subidas de nivel… todo está planteado como si el lector acompañara al protagonista en una campaña épica. Pero lo que realmente convierte a Ready Player One en un libro especial es su amor absoluto por los años 80. Cada capítulo está repleto de referencias a videojuegos retro, películas, música, series, ordenadores legendarios, rol, anime, y toda la cultura friki que marcó a la generación X y a buena parte de los primeros millennials.

En realidad, el libro es casi un trivial gigante de cultura pop ochentera, un festival de nostalgia que hará sonreír a cualquiera que haya gastado monedas en un arcade o pasado tardes rebobinando cintas de vídeo con los dedos. Cline construye un universo donde conocer a fondo Joust, WarGames, Dungeons & Dragons o Ultraman no solo es útil… sino vital para sobrevivir.
Conclusión
Ready Player One es, en definitiva, una novela muy entretenida, ligera, adictiva y tremendamente divertida. No busca reinventar la ciencia ficción, sino celebrar aquello que marcó a toda una generación. Para los amantes de la nostalgia y de las aventuras con sabor a partida de rol, es una lectura imprescindible. Para colmo, me incluyo entre ellos.
