Como necesito un lugar para dejar reposar los escritos que de vez en cuando se me escapan de la pluma, creo que este blog puede ser ese hogar para que descansen. Te invito pues a que los leas y me des tu más cruel opinión. Las valoro muchísimo, pues me pueden servir de brújula en el camino de buscar y hurgar en las mentes de los demás, y ver si realmente afectan de alguna forma en ellas.
Así pues, ponte cómodo en frente a tu pantalla, pon el móvil en modo silencio y grita a tus vecinos para que se callen un rato. Así podrás disfrutar de unas cortas narraciones que quizá te agiten un poco la razón.
Y recuerda que si posteriormente quieres compartirlas, debes tener el detalle de hacerlo enlazando a aquí. No quisiera que estos pobres relatos me cogieran frío si salen del blog al mundo exterior sin conocer el camino de vuelta. Por ello te ruego que no los lleves muy lejos sin que sepan como volver a su casa, o al menos que el que los lea sepa de dónde vinieron.
Y dicho esto, aquí tienes los prometidos relatos (dale a las fechas a los lados de la carátula para ver más).