Reto de la semana 33. Haz que tu relato gire en torno a un cuaderno de dibujo.
Marta estaba sentada en la mesa de la cocina con un café. Nerviosa, repiqueteaba con los dedos con la taza. Jorge entró por la puerta. Su expresión era de profundo disgusto. Lanzó sobre la mesa un cuaderno al lado de Marta.
—Aquí está. Te lo dije. —Señaló la libreta que acababa de arrojar. Tenía el tamaño de un folio. El borde más pequeño estaba sujeto por una espiral metálica, de forma que se podían pasar las páginas de forma vertical.
—¿Es este el cuaderno que viste? —Marta cogió la libreta y pasó las hojas echándole un vistazo a su interior.
—Sí. ¿Has visto los dibujos?
—Dios mío. Es verdad. Son horribles. —Marta ojeaba uno a uno los dibujos infantiles de cada página.
—Pero fíjate —continuó Jorge señalando uno—. Están coloreados y todo, pero no sabe ni rellenarlos. Se sale de todas las líneas.
—Es increíble. ¿Seguro que es suyo? —Marta miró a su marido a los ojos, desconcertada.
—¡Joder! ¡Que sí! —Por momentos iba elevando el tono de voz, a medida que su enfado crecía.
—Vale. Cálmate, cariño. —Marta trató de sosegarle cogiéndole la mano y empujándolo con suavidad hacia la mesa. Jorge tomó asiento.
—Pero, ¿tú comprendes que le estamos pagando meses de dibujo para esta mierda?
—Sí, y no son baratas. Ya lo sé. —Marta dudó si proseguir, y tras una pausa reiteró su pregunta—. ¿Estás seguro que este cuaderno no es de algún otro alumno más pequeño?
—¡Que no! Yo mismo le vi pintar en el una noche en su cuarto. Estaba bajo la luz del flexo. Agachado sujetando el papel con la cabeza pegada al dibujo. Además iba intercambiando las ceras de colores. —Hizo una pausa. Se le notaba abatido—. No le presté más atención, ni le dije nada. Pero esto —señaló al cuaderno de dibujo—, ¡es horrible! Se acabó.
—Pues pongamos fin al tema. Hoy mismo cancelamos la matrícula y que no vuelva a ir.
—A veces pienso que se está aprovechando de nosotros. Este crío es más listo de lo que parece —dijo con resignación Jorge.
—Yo también tengo esa impresión, así que ya está bien. Esta tarde llamo y fin de la historia.
—Sí, ya está bien. Con 34 años ya debería conocer un poco más a qué quiere dedicarse y, desde luego, no va a ser a dibujar.
Reto 52 relatos
Esta es una de las historias para el reto de 52 relatos de 2019 propuesta por Literup en su #52retosliterup. Puedes ver el resto en el índice general de los 52 retos de escritura. No dudes en revisar el resto 😉
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