Reto de la semana 36. Comienza un relato con “Estoy en el fin del mundo”.
Estoy en el fin del mundo. Voy a ser su artífice y no me arrepiento. Todo lo contrario. Esta inmensa pintura se ha emborronado con ese color que desentona de forma desagradable. La mezcla mal lograda y fortuita de la aparición de la humanidad echó a perder el lienzo. Una lástima. El resto del cuadro es precioso, pero nosotros hemos conseguido apagar sus colores. Hemos exprimido tanto el planeta que ya no queda paleta para representar los negros que dejamos a nuestro paso. Con el contenido de este tubo de ensayo tengo que poner un final a esta espiral de condenación en la que hemos sumido a nuestra Tierra. Sé que será agónico. Miles de millones morirán en pocas horas. Otros tantos sufrirán algo más de tiempo. Lo importante es que la expansión será inevitable, como un tsunami de destrucción que avanzará lento e inexorable. Cientos de centros hospitalarios ya tienen la prueba final oculta entre sus medicamentos más básicos. Evidentemente no lo saben. Con esa cantidad de frentes, la expansión será imparable, como una montaña arrasada por el fuego de decenas de focos obra de un pirómano. La falta de antídoto será el viento que avive dicho fuego. No se podrá detener a tiempo. Ahora sí, por fin, estoy en el fin del mundo, y arrastraré a todos conmigo.
Reto 52 relatos
Esta es una de las historias para el reto de 52 relatos de 2019 propuesta por Literup en su #52retosliterup. Puedes ver el resto en el índice general de los 52 retos de escritura. No dudes en revisar el resto 😉
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